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Marcus Aurelius
Some faulty logic here. If you didn't have what you have wouldn't the same advice …

Francis Calley Gray
Fantastic quote!

Red Foley
@lisa74 maybe that's the actual name of the book/passage/song/whatever it is?

William James
Fantastic quote!

Jefferson Davis
hola!

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Anónimo
Aquella solución transparente navegaba por mis venas al tiempo que yo me dejaba seducir por mi viejo amigo. Solté una carcajada furibunda. Pero cuando creía alcanzar aquella sensación de ingravidez que en verdad nunca me había abandonado, ni siquiera en mis días de abstinencia, volví a oler el aroma lúgubre de su presencia.

Anónimo
Me volví a tumbar en mi cama y posé mis ojos en el cielo del techo. Varado en la amargura de mis pensamientos, sentí el cuerpo girar sobre sí mismo como las peonzas que tenía de chaval. El caballo volvía a hacer efecto.

Boris - Sin mí
Abrí los ojos y allí no estaba ella. Desesperado la busqué por toda la habitación. Lo único que hallé fue el vago rastro de su fragancia fúnebre en el pasillo. Se había ido y no me había llevado con ella.

Anónimo
Solté una risa sin malicia: era el monstruo del lago. Pero estaba viejo. Ni fuego por la boca ni postura imponente con la que amedrentar. Sin apenas dientes y con una lengua flácida bífida que ya no asustaba. Tuve la sensación de que había pasado años sin comer en la superficie, así que le di la cesta de mi merienda.

Anónimo
Era tal y como lo mostraban todas aquellas revistas, tal y como lo imaginaba... atardecer brumoso y celajes tardobarrocos. Como un fresco de Caravaggio o una tela, incluso, de De la Croix, enfrentamientos cromáticos que esperaba se reprodujeran como finalmente quedaron revelados a mi regreso a casa.

Anónimo
Fue entonces cuando lo pensé: resuelto, decidí adentrarme en el lago que lleva por nombre el del mítico monstruo. Tenía el pulso acelerado. No sé si por miedo a lo que pudiera allí ocurrir (no había que desdeñar las serpientes marinas), o, precisamente a que, de forma desilusionante, nada aconteciera.

Anónimo
Di unos pasos hacia ella y me asomé al pequeño lago. El agua era toda una sombra líquida. La mujer huyó sin moverse y con un gesto indefinido se preparó para el salto. El agua se acercaba suavemente invitándola al suicidio.

Anónimo
Miré al jardín. El sol se despedía de los árboles más altos. En un rincón oscuro una mujer apretaba a un niño contra su pecho como si quisiera apartarlo de la vida.

Anónimo
Ahora, tiempo después, sabía que todo estaba a punto de terminar. Él seguía siendo la sombra que la acechaba en el silencio sin dejarle un instante, ese sentimiento impregnado a sí misma tanto tiempo. Hubo un silencio largo al que le siguió otro todavía más prolongado. Entonces, alguien comenzó a forzar la cerradura de la casa.

Anónimo
Había compartido años de profundas emociones junto a él, años de verdadera pasión enloquecida, años junto a un desconocido que no permitió verla abandonar la casa cuando ni su cuerpo ni su mente le permitían pasar ni un solo minuto más junto a ese hombre.

Anónimo
Sabría que vendría para cumplir sus palabras, lo que le producía un sentimiento de culpabilidad que le oprimía hasta provocarle un agudo dolor en el estómago. El teléfono quedaba cerca, quizá quedaba tiempo para pedir ayuda, pero no era capaz de mover ni uno de sus miembros de la cama. Estaba encadenada a un futuro que ahora, estaba convencida, era el que le tocaba vivir.

Anónimo
El silencio atrapó la estancia sin darle siquiera tiempo a levantarse y dar la luz. Los sonidos de la noche invadieron la habitación, el ruido insoportable del motor del frigorífico, los rumores de los coches en la calle, el incesante estruendo del segundero del despertador. Todo llenaba el cuarto convirtiéndose en el preludio de la cita concertada.

Anónimo
Por un capricho del destino, de un animador de verbenas de hados... la sonrisa de una demasiado ociosa mujer una vida ha quitado, primero ungiendo la daga y luego de ella tirando... con un dolor más intenso que jamás nadie haya pagado, arrebatando el último estertor a un pobre villano.

Anónimo
El dolor inundaba su caja torácica, iba propagándose lenta y frenéticamente por su endeble figura. El sonido del viento golpeaba incesantemente sus oídos, siempre recordándole a esa carcajada caprichosa de la mujer que siempre tuvo su sentido corazón.

Anónimo
Cada pequeño paso era una amarga victoria en una batalla decidida de antemano seguramente por algún bufón de los dioses... Mientras avanzaba, un sonido leve emergía a través del tiempo, ruido de tambores se sucedían de menos a más, anunciando un destino fatal.

Anónimo
El viento azotaba los altos del valle, arrojando su rencor a las fustigadas hojas de los sauces. Sobre su cabeza el cielo se tornaba de una tonalidad ocre, despidiendo lágrimas que arrastraban el sudor que emergía de su rostro descompuesto; su respiración entrecortada y jadeante acompasaba el sonido de la tupida hierba reseca aplastada sin miramientos bajo sus desnudos pies.

Anónimo
Nadie, ni siquiera el veterano comisario de policía, pudo comprender el ademán extraño de aquel hombre al pasar junto a la sábana que cubría el cuerpo de la que, hasta hacía unos minutos, había sido su mujer.

Anónimo
Solo quedó uno vivo después de aquella noche fantasmal. Solo quedó uno que pudiera contarlo. Solo uno se escapó. Sin embargo, hasta ahora no se lo ha relatado a nadie. Quizá porque tiene miedo. Quizá porque no quiere recordar.

Anónimo
Mientras sacaba las llaves del bolso, oí de repente unos pasos que se acercaban. Al volverme, vi la figura de un hombre joven que se dirigía hacia mí con una amplia sonrisa en la cara. Según avanzaba comenzó a hablar...

Anónimo
Volvía de realizar las compras de última hora en el centro comercial y caminaba hacia el párking donde había dejado mi coche aparcado. Solo se oía el ruido de mis tacones al pisar sobre el suelo. No había nadie y eso me inquietaba.