Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde. Describir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar, que no vas a recibir nunca, que, como tú me enseñaste, en cuanto acabe de escribirla la quemaré, mis sentimientos se pondrán a arder, y así el dolor, ¿Cómo era?, ¿Cómo decías tú?. Ah ya, así el dolor no se te queda tan dentro.