A la mitad del viaje de nuestra vida, me encontré en una selva oscura por haberme apartado del camino recto. ¡Ah! Cuán penoso me sería decir lo salvaje, áspera y espesa que era esta selva, cuyo recuerdo renueva mi temor, temor triste, que la muerte no lo es tanto. Pero antes de hablar del bien que allí encontré, revelaré demás cosas que he visto.