Como homenaje a quienes vinieron a desmontar el páramo, arar sobre piedra y encauzar el agua; sembrar y sacar el fruto de la tierra para dejarnos como herencia: ejemplo de trabajo, perseverancia y amor a Delicias.
Los comentarios que realizo aquí son poemas del ilustre Mario Benedetti; con él pienso en el concepto de memoria -recordar/olvidar- y me pregunto cómo se despliega en la labor científica respecto a lo que pasa en el mundo. Antes de ello está la pregunta del por qué: por qué los jóvenes, por ejemplo, no tienen la energía de protestar. No obstante, la pregunta acerca del cómo es la que nos conduce a reflexionar la respuesta: ¿cómo opera la memoria en la ciencia, cómo en la lucha, qué ciencia y qué lucha? y luego ¿por qué es importante la memoria, aquella que en su mayoría, son los jóvenes quienes se la apropian? ¿a dónde nos podría llevar el que no solo la juventud se apropie de ella?
Dice octavio que en latinoamérica los intelectuales somos la catástrofe, entre otras cosas, porque defendemos las revoluciones que a él no le gustan. Somos la catástrofe asimismo porque hemos sido derrotados pero ¿no es raro que octavio ignore que la verdad no siempre está del lado de los victoriosos? De cualquier manera, ya que con la derrota aprendimos la vida, exprimamos la memoria como un limón, quedémonos sin ángeles ni demonios, solos como la luna en el crepúsculo... Sobrevivamos como tantas veces y como tantas veces empecemos desde cero o desde menos cuatro. Benedetti
Soy un caso perdido De manera que, como parece que no tengo remedio y estoy definitivamente perdido para la frutuosa neutralidad, lo más probable es que siga escribiendo para la fructuosa neutralidad, lo más probable es que siga escribiendo cuentos no neutrales y poemas y ensayos y canciones y novelas no neurales, pero advierto que será así, aunque no traten de torturas y cárceles u otros tópicos que al parecer resultan insoportables a los neutros. Será así aunque traten de mariposas y nubes y duendes y pescaditos. Benedetti