Qué desastrosa vida, ¿qué perdiera yo en perderla desque al mundo fue venida? Pues amada y dolorida es toda mi parte della, que perdí mujer tan bella como estrella, y pues triste me dejó, muriera mezquino yo y no ella. Pluguiera a Dios que cupiera la suerte suya por mía, pues quedé, que no debiera, robada mi compañera, consumida mi alegría. Vida sin tal compañía noche y día me da tan triste cuidado, que jamás seré, cuitado, el que solía.