Desde Higuey, pasado el tiempo, el cultos se fue extendiendo hasta convertirse en nacional y forma parte de la identidad de los dominicanos. La explicación más socorrida tiene relación con la batalla de la Sabana Real o de la Limonada, próximo a la llanura del Guarico y fue a partir de esa batalla cuando el culto comenzó a ser parte de la cultura religiosa de toda la parte este de la Isla.