Hoy al terminar el trabajo ya era a la una de la madrugada. Esperé solo ante el andén del metro, como otras veces. Pero hoy siento algo especial, porque hay un señor al lado mío esperando también al metro. Es un hombre con un poco de alta edad, pero es muy callado, aunque le hable, trata de estar en silencio... Llegó el metro, nos subimos, cuando me senté en mi asiento, vi que el señor no se ha subido. Me extrañó, porque esta era el último trayecto del día, pero no era mi asunto.