Te diría que tú fuiste el ángel blanco que me guiaba por el buen camino. Que eras como un sol, inundando completamente mi vida, con ese calor y luz, que tan solo tú sabías poner en mi vida. Te susurraría al oído que te amaba, con todo mi ser. Que allá donde tú fuiste, yo fui. Que a pesar de las veces que me pudieras hacer daño, yo seguía a tu lado, perdonándote cada paso mal dado. Y con la voz desgarrada te diría que fuiste como un hermano y te convertiste en mi mejor amigo.