Por la ventana de la habitación entran los cálidos rayos del sol, un sol que sale sobre buenos y sobre malos, que estuvo ahí millones de años antes de que llegásemos a esta vida, a veces caótica y frenética, pero otras, llena de luz y de alegría. Un sol que perdurará y que sobrevivirá a santos y a tiranos, a imperios que caerán y otros que vendrán. Un sol que, a su vez, es tan sólo un suspiro dentro del cosmos infinito.