Me hubiera gustado que viese usted mi nombre en un libro, aunque no pudiese leerlo. Me hubiera gustado que estuviese aquí, conmigo, para ver que su hijo conseguía abrirse camino y llegaba a hacer algunas de las cosas que a usted nunca le dejaron. Me hubiera gustado conocerle, padre, y que usted me hubiera conocido a mí. Le convertí a usted en un extraño para olvidarle y ahora el extraño soy yo.