La culpa quiere cubrir todas las bases, estar en todas partes a la vez, adentrarse en el pasado para modificar, arreglar y reparar. La culpa, como el enunciado tourético, fluye inútilmente, de manera poco elegante, de un ser humano indefenso a otro, despreciando los perímetros, condenada a ser confundida o rechazada en su recepción.