Brandon Sanderson
- El archivo de las tormentas - Preludio
Finalmente, convocó a su propia hoja y la clavó en la piedra junto con las otras ocho. Dio media vuelta y echó a andar en la dirección opuesta a Jezrien. Y sin embargo, no pudo dejar de volverse a mirar de nuevo el círculo de espadas y el único hueco que quedaba. El lugar donde tendría que haber estado la décima espada. Aquel de ellos que se había perdido. Aquel al que habían abandonado. "Perdónanos", pensó Kalak, y luego se marchó.